miércoles, 10 de diciembre de 2008

UNA MAS DE DESPISTES

Esto no es ninguna invención, mi cabeza no da para tanto.¡Lo juro!

Este mediodía me he dicho "hoy que como sola" me voy a hacer un caldito y así lo he hecho: "Aneto"+trocitos de lacón+pastita "Gallo"= caldito super rico. Super rico y calentito... Total, como estaba demasiado caliente, más bien dicho, ardiendo... lo dejo sobre la encimera que mantiene el calor residual y me digo "en un ratito vengo y estará en su punto". ¿¿¿UN RATITO????...

Hace dos minutos, léase 5 horas más tarde de esperar a que se enfríase, he empezado a oír gritar a mi estómago como a un poseso y, tras mucho romperme el coco por que comer yo había comido... voy a la cocina a buscar algo para picar y... ¡allí estaba la olla inmaculada y con todo su contenido intacto!. La he vuelto a poner a calentar... ¿A que ahora se me quema?...

Lo reconozco, soy una despistada de narices y con los años, está visto que tampoco mejoro.

Entre mis grandes despistes más sonados está el de bajar a pasear al perro, de eso hace años, con un traje de chaqueta de p.m. (que no es marca) y de ejecutiva agresiva y... con unas enormes zapatillas peludas amarillas, que, eso sí, hacían juego con el color de los taxis.
Tras el "lucimiento" por toda la calle llena de coches por ser hora punta, volver a casa, coger el bolso y al subir al taxi darme cuenta de las zapatillas y de la "facha" que había lucido por toda la calle (Y yo que pensaba que me miraban por que tenía el día guapo...) ¡¡Menudo chasco!!

Otro despìste mayúsculo fue el volver majaretas a todos los empleados del parking del Maremagnum buscando un Fiat de color lila. ¿¿¿LILA???...
Lila es como lo había pedido en el concesionario, pero como tenía que esperar dos meses... ¡¡Me quedé el verde oscuro!! Como mi única neurona funciona a su ritmo y tarda en computar los cambios... Púes eso, que me tomaron por loca y yo me quedé tan ancha, lógicamente, y por si acaso, no he vuelto al Maremagnun, al menos conduciendo yo.

También tenemos el despiste de meter la ropa de cama, perfectamente doblada y planchada dentro de la lavadora y claro, cuando fuimos a poner otra... ¡¡Alucinamos pepinillos!!

Puede que la más rídicula de mis "gansadas" fue la de coger el teléfono inalámbrico de casa, aquel primer zapatófono blanco de Telefónica con antena de medio palmo, en lugar del móvil y no darme cuenta de mi equivocación hasta que intenté meter el "cacharro" en el agujero que tenía destinado para ello en el coche. Lo intenté una y otra vez, vamos un montón de veces, antes de darme cuenta de que nuevamente había cometido otro de mis ridículos despistes. Tampoco ese día pedí hora en el "loquero".

La de quedar en un bar, yo ir a otro y encima cabrearme por que él era un idiota..., la de decir que no tengo el gusto de conocer a semejante impresentable, tenerlo al lado, girarse, mirarme "raro" y presentármelo más tarde... la de poner azúcar en el salero y en el salero azúcar... de estas tengo miles, pero mejor lo dejo para otro día que se me quema el caldo.

3 comentarios:

  1. Juas juas juas, que risa!! Bueno....yo mejor me callo porque soy igual que tu....je,je,je

    Por cierto muchas gracias por dejarme también en tu blog!! ;)

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  2. Me parece que ya puedo escribir un comentario. Uno, dos... uno, dos... uno, dos..., probando...probando. ¿Ma veís?

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  3. Te vemos, te vemos. TE VEMOOOOSSSSS

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