EL TORO DE OSBORNE

Ayer un grupo independentista catalán, léase cuatro cazurros con barretina, tiraron abajo el último toro de Osborne que estaba enclavado en El Bruc. La última vez que lo hicieron, el pueblo catalán de El Bruc lo reconstruyó, pero esta vez no podrán hacerlo ya que lo han serrado por 80 sitios.

No me gustan los toros, soy antitaurina hasta la médula pero estoy en contra de los argumentos de estos cuatro imbéciles para sacar algo que lleva muchos años formando parte del paisaje, del recuerdo de todos ó muchísimos de los vivimos en estas tierras y que no daña absolutamente a nadie, salvo a ellos que poseen unas mentes cerradas y abotargadas.

Los muy cazurros aducen que es un símbolo españolista impuesto por los españoles. ¡Ala, aneu a cagar i no torneu!

El toro de Osborne es el símbolo de una marca y con el paso de los años ha pasado a formar parte del paisaje y del recuerdo de España y de Catalunya.

¡Anda que no tengo yo recuerdos de viajes con mis padres ó con mi marido viendo a esa figura por cerros y autopistas! No me parece justo que cuatro idiotas, que ni han viajado ni saben nada de esa época, echen abajo algo que SOLO A ELLOS les molesta. ¡Eso no es democracia, eso es totalitarismo!

Pués nada, señores cazurros, ya no queda ningún toro de Osborne en Catalunya, perdón si queda, aquí en casa, en mi despacho tengo uno y bien grande. Podeis venir a derribarlo cuando os plazca.

Ah! Y no soy la única, tengo una buena lista de gente que también lo compró en Vinçon. ¿Vendréis a tirarlos todos?...

¡¡MENUDA PANDA DE IMBÉCILES!!