sábado, 15 de agosto de 2009

BROMAS DE TARADOS

A las 14:15 un "gracioso" ha llamado al servicio de atención en carretera (DYA) de Vizcaya donde, mediante una llamada grabada, ha avisado de la colocación de una bomba dentro de una mochila, en la playa de Callela.

Media hora más tarde, agentes de
los Mossos d'Esquadra, Bomberos de la Generalitat y de la Policía han alertado, por medio de coches con megafonía, a los muchos bañistas que, a esas horas, se encontraban en esa playa.

La emergencia ha afectado a todo el litoral de Calella, hasta el límite con Pineda de Mar, más de tres kms. de arenal.
Las fuerzas de seguridad han acordonado toda la zona y los bañistas se han colocado detrás de las vías del tren, en el lado opuesto al litoral.

La urgencia en el desalojo ha sido tan extrema y rápìda que los trabajadores de las cocinas del "Club Náutico" han salido corriendo del local dejando los fogones encendidos.
El aviso, broma de mal gusto, ha obligado también a cortar el servicio de los trenes de Renfe de la línea 1 de cercanías, línea que discurre por el litotal. Tras revisar toda la playa
y no encontrar nada, la han reabierto a las 17:30 horas, pero la "bromita del imbécil" ya había aguado el sábado a mucha gente.

El gilipollas graciosete se lo habrá pasado bomba, espero que la próxima bomba que pongan, de verdad, le explote en toda la mitad de su cerebro, es decir, en su trasero.
¡Los habrá imbéciles!... Ojala lo pillen y le hagan pagar todos los gastos ocasionados.

2 comentarios:

  1. A esos niñatos o no niñatos tendrían que agarrarles y darles tal escarmiento que no se atreviesen a volver a pillar un telefono ni para llamar a su madre. Eso no es una broma, eso es una hijoputada de mucho calibre.
    ¡Hijos de puta!

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  2. El aviso de bomba que el sabado tarde obligó a desalojar las playas de Calella de Mar alteró la tranquilidad de los casi 15.000 bañistas que, aprovechando el buen tiempo disfrutaban de un día de sol y mar. A ellos deben sumarse los usuarios de cercanías que se vieron afectados por la interrupción del servicio de los trenes de la línea 1, que discurre junto a la costa. Y también aquellos que por error fueron desalojados por la Ertzaintza de las playas de San Sebastián.
    Ademas de felicitarnos por el buen funcionamiento de los protocolos de seguridad, estas acciones deberían ser perseguidas y DURAMENTE castigadas por ley, ya que atentan gravemente contra la tranquilidad ciudadana que el suto que se pegaron fue de órdago.

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