AFRICA, SIGLO XXI

No es la foto del rodaje de una película étnica en Hollywood, este centener de jóvenes vírgenes bailando la «danza de los juncos», bajo la atenta mirada de su rey, es para que el susodicho Mswati III elija a su decimocuarta esposa.

Este, llamémosle, "exotismo" tribal, que en una película parecería perfecto, nos esconde una realidad terrible.

Mientras Mswati III elige nueva esposa, su país se consume en la pobreza y la incultura. Cerca del 40 por ciento de la población de Suazilandia -que no sé ni dónde para- padece sida, la esperanza de vida no supera los cuarenta años y los huérfanos se cuentan a centenares; eso si, el polígamo monarca se gasta en su avión privado el doble del presupuesto que destina a la Sanidad de su pueblo.

Leyendo esta información me cuesta creer que estemos en el siglo XXI; pero eso es una gran parte de África, un continente marcado por el gobierno de déspotas reyezuelos, donde la corrupción y la miseria se mezclan con tradiciones denigrantes que se remontan al principio de los tiempos. ¡Terrible!