Mariano Rajoy, Don Tancredo para los amigos y MariAsno para sus enemigos, ha aterrizado en el Diccionario biográfico español y lo ha hecho como el 'presidente perfecto'.

Porque gracias a Rajoy “el Estado adquirió el retrato de la condesa de Chinchón pintado por Francisco de Goya y se facilitó la dotación de una sede a la Academia de Cinematografía”. Y se hicieron “inversiones importantes” en los archivos de Indias, General de Simancas, “entre otros”, y, sobre todo, “se logró un acuerdo sobre el destino definitivo de la documentación generada durante la Guerra Civil”.
El refuerzo de la imagen política del presidente arranca desde su misma formación, recurriendo una y otra vez a la propaganda barata: “Como ministro del Interior, Mariano Rajoy vivió los atentados terroristas del 11 de septiembre en los Estados Unidos. Fue, de hecho, el primer ministro del Interior europeo que solicitó un encuentro con los representantes de la Administración estadounidense”.

La otra crisis a la que se refiere el artículo de la obra que ha costado cerca de siete millones de euros a los españoles, es el hundimiento del Prestige. "Ya avisamos de que no van a encontrar la más mínima mancha de los hilillos de plastilina", dijo Rajoy en su momento, cosa que ha obviado tan absurdo como falseado diccionario. Para ellos, "Mariano Rajoy fue el presidente de la comisión interministerial encargada de afrontar la catástrofe medioambiental que supuso el vertido del buque y que preparó el Plan Galicia de ayuda para compensar a los damnificados”.