Alteraciones del sueño, intranquilidad, desasosiego, angustia, labilidad emocional, episodios aislados de pánico, sentimientos de impotencia e indefensión, evitación, hipervigilancia, irritación, susceptibilidad, rumiaciones constantes y problemas en la gestación de su hijo. Estos son los problemas que ha acarreado a una vecina de Puigcerdá, no un discurso de Rajoy, ni una entrevista con Aznar, ni tampoco la perorata de ayer de Rubalcaba; por esta vez, ellos no son los culpables, la culpable es su vecina pianista.
Hoy se celebra el juicio y el fiscal solicita para la pianista, Laia Martín, y sus padres, considerados cooperadores necesarios, seis años de cárcel para cada uno de ellos por un presunto delito contra el medio ambiente y contaminación acústica, más otro año y seis meses de prisión por lesiones psíquicas, y más de 42.000 euros en concepto de multas e indemnizaciones.
Los hechos que hoy se juzgan transcurrieron entre octubre del 2003 y septiembre del 2007, cuando Laia Martín, alentada y ayudada por sus padres, según el escrito de acusación del fiscal, se dedicó a tocar el piano en el domicilio familiar por espacio de ocho horas diarias de lunes a viernes.
¿8 horas diarias?... ¿Qué pasa esta niña no iba al cole o tocaba, puede que 'aporreaba' el piano, de 6 de la tarde a 2 de la madrugada?...
En el 2007, Laia abandonó sus prácticas pianísticas en casa, pero la vecina no retiró la denuncia.
En el 2007, Laia abandonó sus prácticas pianísticas en casa, pero la vecina no retiró la denuncia.
Sinceramente, la noticia me parece una obsesión de la vecina anti-pianos y una dejación de los padres de la futura pianista, todo ello sacado de quicio y llevado al enfrentamiento personal, como sucede en muchísimas comunidades de vecinos.
Yo, para evitar padecer los mismos males que la denunciante, ahora mismo voy a exigir a mi vecina que insonorice su salón porque su hija, de tres años, no para de darle palos al xilófono de 5 a 7 de la tarde y eso si no me pone, me pondrá de los nervios; si pego la oreja a la pared, más.
En serio, ¡que malas bestias nos estamos volviendo y que poco espíritu de convivencia tenemos!
RECTIFICACION -12/11/13: Lamento el error cometido ayer. No era una niña ya que en la actualidad tiene 27 años y es profesora de piano, por lo tanto estamos hablando de la época que va de los 17 a los 21 años, por lo tanto si podía estar 8 horas diarias dándole a las teclas.
RECTIFICACION -12/11/13: Lamento el error cometido ayer. No era una niña ya que en la actualidad tiene 27 años y es profesora de piano, por lo tanto estamos hablando de la época que va de los 17 a los 21 años, por lo tanto si podía estar 8 horas diarias dándole a las teclas.
Hay que contratarla para una tourné por las casas de Montrolo,Wert,Rajoy,Maricaspa,Asnal, etc,etc será una labor que la agradeceremos.
ResponderEliminar¿Y todos esos desequilibrios porque la niña tocaba el piano?? Pues solo hay dos explicaciones o la niña lo hacía muy mal o la vecina estaba chalada.
ResponderEliminarNo es lo mismo escuchar tocar el piano que hacer escalas, por ejemplo, y el volumen o momento en que lo escuchas también influye. Hace un par de años tenía una vecina cuyo hijo tocaba la flauta, ni os digo por donde le hubiese metido la flauta al chaval o a los padres...
ResponderEliminarLo que tendrían que haber hecho los padres de la pianista es gastarse algo de dinero en insonorizar el sitio donde practicaba que, como puntualizas, no serían 8 horas al día. ¿La niña, no dormía, ni jugaba, ni iba al cole?...
De todos modos por pesaba que fuese el proyecto de pianista, la pena solicitada es de locos. El problema de este país es la desmesura y que JAMÁS nos ponemos en lugar del otro. Así nos va.
Con esta barbaridad de petición, luego no hay quién le meta mano al puto bar de enfrente de casa ó al puñetero botellón del fin de semana.
ResponderEliminarLa supuesta víctima exagera y denota cierta inquina personal. La realidad es que, o los jóvenes pianistas tocan en sus casas con cierta complicidad por parte del vecindario, o sencillamente no habría pianistas en este país, dado que el aislamiento acústico de nuestro parque de viviendas deja mucho que desear. Por otra parte, las peticiones de la fiscal, con todo el respeto, me parecen muy exageradas, como como los daños que dicen causó a la demandante.
ResponderEliminarEstas cosas creo que fácilmente dan la vuelta al mundo y desde luego, no para mejorar la imagen cultural de nuestro país.
Para la pianista cárcel, para los del Prestige la medalla al mérito ecológico. ¡Así es la justicia y la fiscalía española!!!
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