La defenestración o dimisión y veloz huida sin dar la cara del senador del PP, Francisco Granados, por un turbio asunto de cuentas en Suiza, es el último episodio conocido de "presunta" corrupción en nuestro país y en especial del partido que nos gobierna. Para contrarestar tanta salpicadura de corrupción, el Gobierno de este mismo partido anunció ayer una serie de medidas para atajar esta lacra. ¿Tiene el PP el firme y real deseo de barrer esta plaga que hunde la democracia de este país?... Sinceramente, no lo creo.
Las promesas de "regeneración democrática" son la cantinela imprescindible en los programas y promesas electorales de todos los partidos. Los anuncios de una "cruzada" contra la corrupción llenan la boca de los dirigentes políticos en mítines y en declaraciones públicas; pero cuando llegan al poder se convierten, como la mayoría de sus promesas, en agua de borrajas. Y ya en la poltrona del poder, las medidas concretas brillan por su ausencia.
El PP tiene imputados en las Cortes Valencianas al 20 por ciento de sus diputados. El actual presidente de la Comunidad, Juan Manuel Fabra, ha apartado de sus puestos a una quincena de cargos del Gobierno y de responsables regionales por este motivo. La sombra de la Gürtel es alargada y ha tendido un espeso puente aéreo, principalmente, entre Madrid y Valencia.
Además, ya sabemos que la corrupción va por barrios, es decir que sacude a toda la península desde Galicia, con el caso Pokemon -en el que también está implicado el PP-, hasta Baleares.
El escándalo Gürtel, que zarandea e implica a ese mismo PP, suma ya 187 imputados en cinco años de instrucción.
La famosa red de los Eres andaluces, en los que sindicalistas de UGT y responsables de la Junta de Andalucía se repartían dineros públicos de parados y empresas en crisis, suma ya 161 imputados.
Oriol Pujol debió abandonar la secretaria general de Convergencia por el escándalo de la ITV, un mangoneo de adjudicaciones irregulares.
Y, no olvidemos que tan sólo en la localidad de Marbella, el "caso Malaya" se llevó por delante a 95 políticos y cargos públicos de todos los partidos. Las condenas, recientemente conocidas, resultaron sin embargo casi un bálsamo para los culpables. ¿Eso es regeneración y justicia?...
¿Realmente con las medidas -justas- que va a presentar el gobierno vamos a acabar con la corrupción institucionalizada en este país? Lamentablemente, no lo creo. ¿De qué va a servir la financiación a las fundaciones en lugar de a los partidos?... ¿Y qué hacemos con los sobres y sobresueldos bajo mano?...
Sinceramente, aquí me viene a la cabeza un dicho: "hecha la ley, hecha la trampa".
Por más que quisiera no les puedo creer. ¿Cómo voy a poder creer a un partido corrupto hasta las entrañas, un partido que destruye pruebas, miente y engaña hasta a los jueces que les investigan?...
Sinceramente, aquí me viene a la cabeza un dicho: "hecha la ley, hecha la trampa".
Por más que quisiera no les puedo creer. ¿Cómo voy a poder creer a un partido corrupto hasta las entrañas, un partido que destruye pruebas, miente y engaña hasta a los jueces que les investigan?...
¿Para qué vamos a engañarnos?
ResponderEliminarNinguno de los dos partidos mayoritarios tienen la sincera intención de acabar con la corrupción.
Este el principal problema de este Gobierno y de la partidocracia que padecemos.
Lo único que puede terminar con esta lacra generalizada de corrupción a mansalva es una democracia con una justicia independiente del poder político y no manejada por los partidos.
¿Acaso creéis que Urdangarín, la Infanta Cristina, Chaves, Griñan, Camps, Matas, Fabra, Granados, Lapuerta, Bárcenas, Rato, Blesa, toda la cúpula del PP, por cobrar sobres en negro, el mismísimo Juan Carlos (que tiene mucho que esconder) y toda esa tropa van a ser condenados y van a ser obligados a devolver un solo euro de los millones robados?
Evidentemente no mientras que sean ellos los que manden en el poder judicial.
Un sistema sin controles independientes de la política lleva directamente a la impunidad de toda la casta dirigente que termina convertida en un atajo de ladrones que se cargan la democracia de un país.
La naturaleza humana y el poder son así, al menos en este país.
La historia juzgará con dureza el daño terrible que le está infligiendo a nuestro país este vago redomado, correoso, embustero, inculto, palurdo, inepto y vengativo que se llama Rajoy. Muchos de los que le votaron no son conscientes aún de que va a dejar España arruinada y desacreditada gracias a su gobierno corrupto y desastroso, y su bajada de pantalones ante los bancos, también gracias a su desidia y su falta de coraje para enfrentarse a los problemas antes de que no tengan remedio.
ResponderEliminarEstas medidas anti corrupciones no son más que marianadas, es decir mentiras y corrupciones pepesunas.
Aleluya! Por fin hablas de los eres (un caso en el que el importe defraudado es seguramente mayor que en el resto de los que mencionas juntos) aunque sea de pasada. Y del Oriol!
ResponderEliminarTípex
¿Los Eres andaluces suponen un importe robado mayor que todas las tramas corruptas del PP? Ni se acerca de lejos al escándalo y ROBO de la Gurtel o al saqueo de Blesa, el amiguito de Aznar. ¿A quién pretendes engañar????
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