LOS PICAPIEDRA II

Entre el tronco-perchero que me han traido hoy y el tronco-estantería que ya tenía, ambas piezas de la colección "Troncos, tronquitos y troncazos del mundo" he dejado el recibidor de casa igualico, igualico que el de los Picapiedra.
Ahora solo me falta disfrazar a Gato de Dino, hacerme un vestido con la manta del salón, colocarme un hueso del caldo en la cocorota y ya está todo dispuesto para rodar un video y colgarlo en "You Tube".

Un día de estos tengo que llamar a un decorador, ó a cualquier otro idiota, para que defina el estilo de mi casa y así reirme un rato.

Mi primera casa, aquel duplex que deberíamos haber comprado, era de estilo moderno y desenfadado, claro como no teníamos un duro... La segunda, la "mansión de burguesa casada" era, lógicamente de estilo clásico cascorro con chacha con cofia y todo. La tercera, que duró poco, era de estilo clásico-afrancesado-separado, amontonado por la falta de espacio y sin el toque "burgués" que aportaba mi "ex" tumbado en el sofá. Esta última, en la que vivo más feliz que en ninguna, es de estilo... ¿étnico-colonial-exótico-artesanal?... ó simplemente... ¿de estilo "raro" en el que ná pega con ná?...

Un día mi madre me dijo, muuu seria ella, que dejaba de comprar estatuas de negros y de animales y, sobre todo, de colgar máscaras en las paredes ó tendría que venir a verme vestida, para no desentonar, con un taparrabos y una lanza. ¡¡Pero si aquí no desentona ná!!!! Si aquí todo vale, todo pega, todo engancha ó si no lo hago enganchar yo y se pone en un mismo estante una figura de marfil que vale un riñon junto con un cenicero del "todo 100", ó, como hoy, dos troncos de dos metros de alto al lado de una cómoda antigua de estilo lo más puro y duro clasicón.