Hay frases que invitan a pegar rápidamente el trasero a la pared. La Defensora del Pueblo en funciones, María Luisa Cava de Llano, afirma lo siguiente: "Quiero a Catalunya con locura".
Ante tal proclama de amor encendido, poco puede decirse, salvo aclamar a esta buena mujer, militante del PP por más señas, que ha tenido el bonito detalle de recurrir ante el Constitucional la ley catalana de Acogida de Inmigrantes. Lo ha hecho por coherencia –explica– con la sentencia sobre el Estatut, en concreto en lo que se refiere al uso de las lenguas.
La señora Cava, que tanto nos quiere, considera que el catalán no debe ser la lengua primera de integración del inmigrante en Catalunya y mantiene que los extranjeros "se integran perfectamente con la lengua castellana, por lo que no es necesario que hablen el catalán". Ya lo decía mi abuela: quien bien te quiere te hará llorar. Y lloramos porque esta ejemplar, neutral y ecuánime Defensora del honrado pueblo español dice una verdad como un templo.
Lo primero que descubre alguien que llega a Catalunya para trabajar (incluidos los jugadores del Barça) es que puede pasarse el idioma catalán por la entrepierna sin problema. La razón es bien sencilla: la inmensa mayoría de los catalanohablantes hacemos automática dejación de la lengua de la madre que nos parió y nos pasamos al castellano a la mínima, no vayan a tomarnos por descorteses, aldeanos o separatistas irredentos.
Llenita de amor, la Defensora es solidaria con el inmigrante que estudia els pronoms febles, tan difíciles. Aunque yo, que soy malpensado, apostaría doble contra sencillo que la señora Cava piensa más en sus amigos jueces y fiscales que, enviados en misión a Catalunya, podrían ver lesionados sus derechos humanos al tener que entender un poquito la rara jerga de los indígenas como yo.
FRANCESC-MARC ALVARO -LA VANGUARDIA-
Nota: Hoy estoy vaga, este artículo está muy bien, o eso me parece a estas horas de la madrugá, y por eso lo "enganchipego" en su totalidad.
Ante tal proclama de amor encendido, poco puede decirse, salvo aclamar a esta buena mujer, militante del PP por más señas, que ha tenido el bonito detalle de recurrir ante el Constitucional la ley catalana de Acogida de Inmigrantes. Lo ha hecho por coherencia –explica– con la sentencia sobre el Estatut, en concreto en lo que se refiere al uso de las lenguas.
La señora Cava, que tanto nos quiere, considera que el catalán no debe ser la lengua primera de integración del inmigrante en Catalunya y mantiene que los extranjeros "se integran perfectamente con la lengua castellana, por lo que no es necesario que hablen el catalán". Ya lo decía mi abuela: quien bien te quiere te hará llorar. Y lloramos porque esta ejemplar, neutral y ecuánime Defensora del honrado pueblo español dice una verdad como un templo.
Lo primero que descubre alguien que llega a Catalunya para trabajar (incluidos los jugadores del Barça) es que puede pasarse el idioma catalán por la entrepierna sin problema. La razón es bien sencilla: la inmensa mayoría de los catalanohablantes hacemos automática dejación de la lengua de la madre que nos parió y nos pasamos al castellano a la mínima, no vayan a tomarnos por descorteses, aldeanos o separatistas irredentos.
Llenita de amor, la Defensora es solidaria con el inmigrante que estudia els pronoms febles, tan difíciles. Aunque yo, que soy malpensado, apostaría doble contra sencillo que la señora Cava piensa más en sus amigos jueces y fiscales que, enviados en misión a Catalunya, podrían ver lesionados sus derechos humanos al tener que entender un poquito la rara jerga de los indígenas como yo.
FRANCESC-MARC ALVARO -LA VANGUARDIA-
Nota: Hoy estoy vaga, este artículo está muy bien, o eso me parece a estas horas de la madrugá, y por eso lo "enganchipego" en su totalidad.
Los dirigentes catalanufos se creen que los hijos de los emigrantes extranjeros hablan el catalan, a los emigrantes extranjeros les importa un carajo el catalan y los catalanes, vienen a poder si pueden trabajar en algo, lo mas decentes y llevarse el dinero a su pais que alli viviran decentemente y con su gente sin tener que aguantar a personajuchos miserables como la purria de politicos catalanes independentistas.
ResponderEliminarLos inmigrantes lo que tienen que hacer es volverse a su pueblo y a su pais. ¡Vale yaaaaa con tanto miramiento!!
ResponderEliminarSi no tuvieramos tanto inmigrante en España no tendríamos que preocuparnos tanto de las lenguas vehiculares para inmigrantes ni pamplinas por el estilo.
ResponderEliminarDediquémonos a educar a nuestros hijos, y si sobra algo, que vengan otros.
Me parece que no es momento para sandeces como estas, y menos, meter por medio a instituciones que ya tienen bastante con los problemas que causa la administración pública en general.
El PP siempre meando fuera del tiesto, ya se sabe.
Yo creo que tiene razón la tal señoram los inmigrantes no deben aprender nuestra lengua que es el catalán, seguramente se integrarán mejor si aprenden ruso o alemán da igual.
ResponderEliminarSeguimos siempre con las mismas tonterias.
Que se ocupen de cosas mas importantesa como la economía, la sanidad, el trabajo etc etc.
Pensar que le estamos pagando un sueldo a esta señora para que después de trabajar durante meses llegue a esta conclusión.
Nunca cambiará este país.......
Voto por el lenguaje de signos como simbolo de integración y que además escriban en arameo, a ver si no poniendoselo tan fácil, vienen menos.
ResponderEliminarYo os quiero pero de verdad, tranquila Dovel.
ResponderEliminarMe apunto al sugerimiento de XXX. ¡Gran idea!!!!
Yo también os quiero, tanto como la truca al trucho pero... XXX y Alf ¿Y si empezamos a echarlos y luego ponemos lo de los signos, el arameo y la visita obligada a Santiago de Compostela?...
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