¡TODOS A LA PLAYA!

Estamos en en Julio, en pleno verano, con muchos de vacaciones y un calor sofocante. Se nota hasta en el blog, nadie escribe -yo misma llevo dos días sin hacerlo- y es que lo que ahora manda es la playa; además como las noticias son siempre las mismas e igual de negativas... ¿para qué molestarse escribiendo de nuevo de los mismos zopencos de siempre?...

La fauna humana, como buenos primates que somos, algunos más evolucionados que otros, si lo que toca es playa... allá vamos todos de cabeza.
 

En España tenemos playas para todos los gustos y para diferentes usos y segmentos sociales, aunque durante los fines de semana de verano todo se mezcla.
Las peores suelen estar frecuentadas por los extranjeros o 'guiris' que desconocen la zona y se meten en el centro de auténticos berenjenales de niños, 'loros' y pelotas. Vamos, ¡en el mismo centro del "¡Sara Jessica, ponte el gorro, oño!".
Algunas de estas playas, y sus despitados 'guiris', también son utilizadas por los jóvenes autóctonos para interaccionar entre ellos y practicar el idioma, bueno seamos claros, el ligoteo. El mejorar el chapurreo es lo de menos.
 

Otras, para mi las peores, son colonizadas por familias de primates humanos al completo, las cuales instalan un sofisticado mobiliario de mesitas, sillas, neveras y sombrillas en las que establecen una zona para comer y merendar con deliciosos y gustosos granitos de arena en la boca. A estos últimos se les denomina popularmente domingueros y son los más temibles con sus "Saras Jessicas", "Kevin Cosner", "Andreíta cómete er pollo" y sus mesitas plegables.

 

En todas las playas y en esos más que escasos 2m2 de arena abrasadora por cabeza, los primates playeros se relajan y disfrutan. Se aplican cremas protectoras unos a otros, juegan y duermen.
El 'acicalamiento' también es una actividad frecuente entre la fauna playera.
Observad y veréis como las parejas estables se escrudiñan el cuerpo el uno al otro en busca de granitos en la piel que no dudan en hacer explotar si están en fase avanzada. Vamos, una maravilla de comportamiento. Lo mismo hacen nuestros primos, los monos del parque.

 

En estos ambientes playeros es donde sale el lado más casposo del ser humano, al igual que lo hace en los estadios de fútbol o los festejos multitudinarios de ciudades y pueblos. En mitad de la multitud es donde los primates más o menos evolucionados damos rienda suelta a nuestras costumbres más 'selváticas' o asilvestradas.

 

Por cierto y por si no ha quedado claro, no me gustan las masas pero si me gusta mucho el mar y la playa... ¡EN INVIERNO!