Un sacerdote francés, el padre Arthur, afirmó ayer que reza para que el presidente del país, Nicolás Sarkozy, sufra un infarto puesto que cree que no hay otro modo de que cesen las expulsiones de gitanos de Francia, iniciadas la semana pasada.
¡Coñé con la iglesia francesa, cada día se parece más a la española! Ahora, los curitas rezan para que a uno le dé un infarto y la diñe... Ya veo a Rouco rezando y poniendo velas a San Titiritero para que a ZP le suceda lo mismo y el PP pueda reinar en los cielos de España.
Hoy, el "religioso" ha querido matizar sus palabras sobre el presidente, y niega que quisiera la muerte de Sarkozy, sino simplemente "que Dios le hablara a su corazón". ¿Desde cúando Dios, mediante los infartos, habla al corazón de los malvados mortales?... ¡Menudo morro y menuda mala milk le echan!...
10 comentarios:
Joer, si cuando Dios te "habla al corazón" te da un infarto, va a ser como en Dogma, y Dios va a resultar peor que una descarga de 2000 W.
AVISO: ¡a mí que no me mire ni me hable!
Una pequeñez como un infarto a un solo individuo no le merece la pena al dios cristiano ni mover un dedo. Si fuera una inundación, una plaga de langostas, un terremoto de grado 8 o una buena guerra donde mueren miles de personas, entonces sí, entonces seguro que oiría las plegarias del cura de turno, pero por un franchute y encima bajito, seguro que no se molesta ni en intentarlo.
Coñooo¡¡ Bendita y buena forma de desear el mal ajeno, que sea dios el que te de un aviso en pleno miocardio... ¿no sería mejor enviar un sms?...
Pues anda que no tendría dios trabajo y los hospitales estarían abarrotados si esto funcionase... jajajajaja
Menudo curita cabrón!!!
Que raros son los curas en Francia ¿Eh?.... Claro, que bien visto o mirado, los que son raros son los de aquí que rezan con la misma idea pero con otro objetivo no lo dicen.
Lo siento si molesto a alguien, pero ¡Bravo Sarkozy! Que cada gobierno aguante su vela.
Con la Iglesia hemos topado... ¡increible!
Pues yo espero que Sarkozy siga aplicando esa medida y controle sus fronteras para que no vuelvan, que se extienda al resto de Europa, que se prohiba el libre tránsito de estos mendicantes y que se adopte una política global europea de sentido común contra esta inmigración de ladrones y delincuentes en general.
Supongo que este religioso no habrá sido víctima de un asalto en su vivienda como "otros" hemos sufrido por parte del colectivo gitano que procedente de Rumanía, ni habrá sido víctima de ninguna reyerta a navajazos como ocurre con cierta frecuencia en nuestras cuidades.
Tampoco se habrá visto "desconectado" de la máquina que mantiene su corazón latiendo "gracias" al robo de los hilos de cobre de la telefonía y la electricidad como ha ocurrido en algunos pueblos de España y sobre todo en Girona...
De haber sufrido de forma recurrente la rapiña de esta gente, seguro que pensaría de forma distinta, porque lo triste es que se afinquen en España u otros países sin la menor intención de integrarse ni cooperar en la prosperidad de dicho país sino todo lo contrario, parasitar de sus sistemas, de las propiedades de sus habitantes, de sus infraestructuras y por supuesto, de sus leyes benevolentes y acomplejadas (como las nuestras).
¿Y por que no reza para que los gitanos rumanos dejen de robar? Ah, claro, no quiere poner a prueba al Todopoderoso (y menuda prueba...)
Sr. cura, porfa, porfa, meta en el mismo saco o oraciones al trio de las Azores, o al menos al que más nos toca mas de cerca los co..... Total, ¿qué trabajo le cuesta?
A esto se le llama ser un cura rojo con mala uva pero comprometido con el Evangelio.
Lo cierto es que es inteligente: la noticia fue cuanto menos llamativa, y ha dado un toque de conciencia a la sociedad y a los cristianos en particular, que ahora van a rezar más para que se mueran sus “enemigos” de un infarto o de un macetazo. La iglesia siempre dando ejemplo. ¡Y que ejemplo!
Pues más le valdría que rezara por la expulsión de todos los moros de Francia, que como se descuiden... los que se tendrán que ir son los curas si no quieren morir por infieles.
¡En todas partes hay memos!.
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