Aún recuerdo el día en que el pobre Michael, un europeo que vino del frío, cayó en nuestras manos, ó mejor dicho en las de ellas (yo, como casi siempre me dejé llevar), para que le enseñásemos Barcelona y las tiendas de diseño de mobiliario.
Ya de entrada, las tiendas de diseño quedaron reducidas a dos (ó tres si contamos la tercera que no tenía nada que ver con mobiliario): Pilma, Vinçon y "La Taberna Catalana".
En esta última las banquetas y la barra no eran de diseño pero el "larguísimo" recorrido por las tiendas de muebles había sido tan pesado que necesitábamos "gasolina" para poder seguir. El pobrecito no entendía nada y nos miraba con una cara de "ovnuvilao" pensado que tras el aperitivo seguiríamos la "tournée mobiliaria"... ¡¡¡Cúan equivocado estaba!!!! Dos tiendas de muebles de diseño en Barcelona eran más que suficientes...¡Vamos como si en lugar de Barcelona estuviesemos en Mollerusa!.
Eso sí nos pusimos de montaditos hasta las orejas y le inflamos a vinos para ver si se le iban las malas ideas pero... lo peor de todo aún estaba por llegar.
Tras convencerle de que no había más "diseño", darle una vuelta en coche por el Paseo de Gracia, la Plaza Cataluña y Las Ramblas, al pobre visitante del norte se le ocurrió que le apetecía darse un baño en la playa y así de paso visitar el Puerto Olímpico. ¿¿Playa???... ¡¡¡Para qué queríamos más!!! Lo plantamos en la playa frente a la zona de restaurantes, le dijimos que nosotras nos quedábamos en uno de ellos tomándonos una hamburguesa, aceptó desilusionado y cuando se iba tan, aparentemente, contento con su toallica bajo el brazo, la adicta a la lechuga le soltó que a esa playa sólo iban los cutres de la Barceloneta, que estaba contaminada por los desagües de no sé qué y no sé dónde y que allá él si le salía algún sarpullido. El pobrecito se quedó tan pasmado que cambió su baño por otra hamburguesa y se dedicó en lugar de ponerse moreno a ponerse negro del todo.
Durante la comida, que duró hasta media tarde, el iba diciendo que quería ir al Parque Güell... contestación: otro café y que allí no podíamos ir por que asaltaban a todo el mundo, que quería visitar la Pedrera, la Casa Batlló, la Sagrada Familia, Santa Maria del Mar, la Catedral, el Anillo Olímpico de Montjuich, etc... ¡¡Cuerno, eso se estaba complicando en demasía y estaba visto que el "norteño" tenía aguante para dar y vender!!!...
A lo largo de la media tarde restante sus solicitudes quedarnos relevadas a no Parque Güell lleno de ladrones, no casa Batlló por que lo bonito estaba en la fachada, una rápida visita interior a La Pedrera, una fue con él, dos nos quedamos en el bar de abajo, dos vueltas a la Sagrada Familia sin dejarle bajar del coche por que así se veía mejor y cuando llegamos (y le dejamos bajar del coche) a la Catedral, esta ya estaba apagada y cerrada... En ese momento se me cruzaron los cables, ya no recuerdo que excusa estábamos dando para no llevarle a Santa Maria del Mar... me cabreé, pillé un taxis y los dejé allí plantados. De verdad, me sentía avergonzada por nuestro comportamiento y como el tema no tenía visos de mejorar, antes de montar una escandalera ó de que nos matase lo mejor era largarme y punto.
Tampoco recuerdo si llegaron a llevarle a Montjuich, supongo le dirían que allí estaba lleno de muertos, por lo del cementerio, claro...
Tras este sinfín de desastres, y alguno habré olvidado, creo que el pobre danés se llevó una imagen de Barcelona parecida a esta:
La playa está contaminada y llena de chorizos, el Parque Güell es una guarida de ladrones, el Anillo Olímpico un cementerio, la Catedral cerrada por que son todos ateos, las fachadas de las casas son bonitas pero dentro son un estercolero chabolista y "Barcelona, cuidad del diseño"... no es más que una patraña ya que solo tienen dos tiendas medianamente decentes.
¡¡Pós ala, ya puede ir el Ayuntament y la Generalitat promoviendo el turismo de la cuidad si llegamos nosotras y nos lo cargamos de un plumazo!!