MENSAJE DEL REY

En esta Nochebuena, como cada año, quiero reflexionar con vosotros sobre lo que nos preocupa y también sobre nuestras esperanzas.

 

En estas fechas tan señaladas, familiares, entrañables, lo que queda de mi familia, entiéndase la Reina y yo mismo, os deseamos lo mejor para el próximo año, eso si lográis sobrevivir; que Mariano y sus muchachos se han puesto de un borde...  Bueno, en verdad, como cabeza de la Familia Real y Jefe del Estado, debería tener la boca callada, pero ya sabéis como son estas cosas del protocolo, de la cadera, del juego 'democrático’, de la prótesis, del ‘escenario político’, de las recuperaciones y demás zarandajas; vamos que ya no estoy para muchos trotes y cada vez que abro la boca, o me voy de safari,  la cago y me, o, rompo algo...

A lo que íbamos, estos chicos tan majos del Gobierno, a los que les registran la sede porque no entregan los papeles al juez (¡que traviesos y despistados son estos muchachos!...) me han escrito unas palabras para que os las lea con mi prosodia, gracejo, finura y campechanería acostumbrada.

Pero antes de pasar a eso, a mi lo que realmente me preocupa, en lo que me paso el día pensando -tampoco tengo nada mejor que hacer-, es en cuándo demonios me funcionará otra vez la cadera esta de plastiacero que me han puesto; bueno, la cadera y todo lo resto, ya sabéis. El cerebro y todo eso...
 

También me preocupa,  soberanamente que para algo soy el Rey, y no logro sacarme de la cabeza es esa manía que os ha cogido en querer saber en qué gasto vuestro dinero. ¿No es siempre mejor desconocer los detalles y no caer en los feos agravios comparativos?... Si os estoy haciendo un favor, muchachotes y muchachotas... Pues nada asunto arreglado, nos mareáis más y todos contentos. ¿Vale?

 

Otro tema que no me deja dormir cuando estoy despierto, además me va a amargar los turrones y más aguantando a Iñaki esta Nochebuena,  es la incertidumbre de no saber hasta cuando va a durar el injusto y doloroso viacrucis de mi hija preferida que ha de vivir en el inhóspito exilio suizo lejos de la familia aunque, eso sí, muy cerquita de las pistas de esquí y de las cuentas...  Y es que, ya se sabe, Dios aprieta pero no ahoga. 

Pues eso, como Dios aprieta pero no ahoga, seguir tranquilos y acatar, sumisamente, las recomendaciones y leyes de Mariano y sus muchachos, que con su mayoría absoluta es como Dios y sus 12 apóstoles. Sed buenos y rezad mucho para que estos chicos del PP se cansen de daros por el saco. No os queda otra, queridos súbditos.

 

Antes de que comencéis a comeros las papas y una oliva, quiero recordaros que si, para muchos de vosotros, la Navidad es un coñazo insufrible, para mi también. No somos tan diferentes, algo tenemos en común. Debéis saber que para vuestra Majestad es un peñazo insoportable el tener que aguantar a la Leti y su familia dando el latazo en Palacio; por eso no os deseo unas fiestas tan coñazas como las mías -¡con lo bien que estaría yo matando elefantes!- si no mucho mejores. No sabéis lo pelmas que son los Ortiz...
También debéis alegraros de que una gran mayoría de españoles no pueda hacer extras en estas fechas, así se ahorrarán las pesadas digestiones. Ni os podéis imaginar lo mal que lo paso... pero me aguanto, para algo y por algo soy el Rey.

Por último, no olvidéis que la Navidad simboliza el triunfo de la generosidad sobre el egoísmo. Sed generosos conmigo y con mi familia, la Monarquía Constitucional os lo agradecerá.
Generosidad, solidaridad y compromiso son valores que todos debemos reconocer, conservar y promover siempre y en estos difíciles tiempos más que nunca.

Felicidad Navidad, próspero -es un decir- Año Nuevo y... buenas noches.

"¿Por cierto donde he dejado lo que me han escrito Mariano y sus muchachos?... Bueno, da lo mismo, ya lo doblarán o pondrán el del año pasado. Total..."

 

VUESTRO REY CAMPECHANO 'JUANCAR'

 

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 Y APROVECHANDO TAN MAGNA OCASIÓN,